A veces veo bichos
Aviso a urbanitas: la fauna salvaje madrileña está más cerca de lo que creéis. Águilas imperiales, lobo ibérico, jabalíes, tejones y zorros. En nuestra comunidad existe una biodiversidad que nada tiene que envidiar a los grandes parques naturales de toda la Península. Esta semana Paz Llamas, reportera de MCY, programa producido por Telemadrid en colaboración con El Torreón de Sol y dirigido por Paloma Ferre, ha cogido su cámara para verlo de cerca, ¡y no creáis que ha tenido que alejarse mucho de la capital!
Juan vive en el municipio de Torrelodones, a 30 kilómetros de Madrid por la autovía A-6, y sus vecinos son jabalíes, ciervos e incluso tejones. Pero no es que llamen a su puerta para saludar, es que él mismo ha instalado unas cámaras camufladas en los árboles, que le avisan en directo de la presencia de estos animales y graban su paso por la zona. A ellos no parece importarles, porque no hay una sola noche en que falten a su cita con los objetivos.
Seguimos el curso de la A-6 hasta el municipio de Las Rozas, donde otra especie animal acapara las conversaciones de sus vecinos. Aquí, la población de jabalíes ha crecido tanto, que ya empiezan a invadir las aceras como si de viandantes se tratasen. El ayuntamiento toma las medidas que puede, empezando por una enorme valla cinegética de 13 kilómetros, que siguen ampliando año tras año. También procuran que los propios vecinos no den de comer a estos visitantes salvajes, y evitar el efecto reclamo. Las multas empiezan en 100 euros, así que cuidado porque el pan duro nos puede salir caro. Pero el mayor peligro de que la autovía pase tan cerca de estos animales, es que en algunas ocasiones les da por cruzar la calzada. Un accidente con un ejemplar de 100 kg puede ser muy grave.
En estos casos, suele intervenir el Servicio de Protección de la Naturaleza, una unidad especializada de la Guardia Civil. El SEPRONA funciona desde 1988 y desde entonces los agentes han intervenido toda clase de animales exóticos dentro de nuestras fronteras. Desde aves tropicales por valor de 30.000 euros, hasta cabezas de rinocerontes cazados furtivamente y traídos a España de contrabando. Pero no solo controlan la entrada y salida de especies protegidas. Aquí mismo, en la Comunidad de Madrid, más concretamente en el Safari de Aldea del Fresno, una patrulla del SEPRONA nos muestra al protagonista de su último operativo: un loro yaco.
Quienes también intentan proteger a sus animales son los ganaderos de la Sierra de Guadarrama, pero en este caso su enemigo no es el hombre, sino el lobo ibérico. Alfredo cuida de sus vacas en Cercedilla mientras nos habla de esta preocupación que tiene en jaque a la mayoría de sus compañeros de oficio. Estos depredadores se aventuran cada vez más en las zonas de pasto y causan estragos entre el ganado. Sólo el año pasado, se denunciaron 400 ataques de lobo en la zona. La controversia está servida, porque esta especie está protegida y lo poco que pueden hacer para defender a sus reses es controlarlas con carísimos GPS, ya que guardarlas en un redil sería peligroso porque podrían herirse accidentalmente entre ellas con sus puntiagudos cuernos.
Y mientras unos lo temen y lo evitan como pueden, otros han encontrado en él una fuente de negocio. Ya existen empresas de turismo montañero cuyo reclamo es el avistamiento del lobo ibérico, además de otras especies autóctonas protegidas, como el lince o el águila imperial. Para ello hay que darse un buen madrugón, eso sí, y estar en marcha cuando todavía no ha amanecido. La mayoría de los ingresos que generan estas rutas guiadas van destinadas a los ganaderos de la zona, que permiten el paso por sus fincas y son quienes sufren las pérdidas económicas por la presencia del depredador. Es además una manera de tener controladas a las manadas y llevar un registro de su actividad en la sierra.
Pero quienes se llevan la palma en esto de proteger y controlar la fauna salvaje, son el equipo de veterinarios especialistas en cinegética. ¿Alguna vez habéis estado frente a frente con un venado? Estos profesionales realizan una labor no apta para cardíacos: pasar el chequeo médico a una manada de peligrosas cornamentas. Lo creáis o no, tienen que cortarles los cuernos uno por uno, por su propia seguridad. Pero no os preocupéis, el ciervo no sufre ningún daño en el proceso y en pocos meses vuelve a lucir pitones recién saneados. Nuestra cámara ha sido testigo en primera persona de esta complicada y arriesgada tarea.
Este viernes a las 22:30h en Telemadrid, Mi Cámara y Yo ‘A veces veo bichos’
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