Un rincón andaluz

Esta semana Gemma Camacho reportera de España Directo, programa en el que colabora El Torreón de Sol, se desplaza hasta Jaén para descubrir las maravillas que esconde este rincón andaluz.

En el primer día de ruta Gemma llega a Segura de la Sierra, un pueblo de cuento con casas blancas y un espectacular castillo. Escondido entre sus montañas se encuentra Eusebio, el único Pastor. Gemma decide ayudarle en las labores del campo, cuidando a sus animales: vacas, cabras, ovejas y corderos. Eusebio es el único pastor pero en su familia también son pioneros. Su tío, Tedororo y su primo, Marino son los únicos artesanos del pueblo, lo que los convierte en una familia única en Segura de la Sierra. Gemma no deja pasar la oportunidad y aprender a trabajar el mimbre. El truco para hacerlo a la perfección es sencillo: mucho remojo y mucha maña. Después de estar rodeada de animales y de fibras vegetales es hora de saciar el apetito. Consuelo es la encargada de preparar un delicioso plato de galianos, del horno a la sartén. La tarde termina con un buen sabor de boca acompañado de música y baile en directo.

A Gemma le suena el despertador bien temprano para comenzar su segundo día de ruta, en Potones. Aprovechando el madrugón decide visitar el único obrador del pueblo. Ramón le espera con las manos en la masa, y es que lleva trabajando el pan desde primera hora de la madrugada. Además de pan, en este obrador se especializan en distintos tipos de tortas: de manzana, de chocolate, de membrillo… ¡para chuparse los dedos! Gemma no lo duda y se lleva alguna provisión para poner rumbo hacia la Senda de San Juan de la Cruz, el patrón de los poetas. Allí Gemma se encuentra con José y un grupo de amigos que la acompañan en el recorrido que va desde Pontón Bajo hasta Pontón Alto. Es hora de abandonar el grupo y emprender la aventura en solitario. Gemma dirige sus pasos hacia Cumbre de Pontones: un secadero natural de jamones. Allí Gemma disfruta del mejor jamón y de unas vistas inmejorables, porque “para tener salud y alegría, hace falta comer 100 gramos de jamón al día”.

Tercer día de ruta y la aventura comienza a primera hora de la mañana. La sabana africana está a escasos 7 kms de Coto Ríos, en Collado del Almendral y Gemma visita este paraíso montada en un tren muy especial, el de Ramón. Allí, aprovecha no sólo para disfrutar de unas vistas de ensueño sino para dar de comer a animales como muflones, ciervos y gamos. Después, Gemma abandona la sierra para conocer a Rafael, el ganador del concurso de partir leña de Coto Ríos. Descubre que no es una tarea fácil y que requiere muchísima concentración y trabajo ‘duro’. Como es tradición y para terminar con el estómago lleno Gemma aprende junto a Pilar a cocinar un ajopringue, una receta de pastores que los habitantes del municipio llevan comiendo toda la vida.

En su cuarto día de ruta Gemma visita Cazorla, uno de los pueblos más bonitos de Jaén y máximo exponente de turismo activo de la comarca. La primera parada es con Benjamín, un vecino que tiene su casa llena de bicicletas, tanto por dentro como por fuera. Más que una casa parece un museo digno de visitar. Más tarde Gemma se encuentra con Jesús, quién le enseñará uno de los secretos mejor guardados de Cazorla: La Bóveda del Río Cerezuelo. 128 metros de camino bajo tierra, esta distancia es la que tiene que recorrer Gemma hasta llegar a la plaza más antigua del pueblo. Allí se encuentra con un grupo de vecinas que están ensartando pimientos. El proceso es el siguiente: una vez enristrados, se cuelgan y se dejan secar, ¡un auténtico espectáculo de color roji-verde! Estos mismos pimientos son los que utilizan los lugareños para elaborar el famoso rin ran, un guiso de atún con patatas y pimientos. Gemma no puede abandonar Cazorla sin degustar este plato tan típico.

En su último día de ruta por Jaén, Gemma recorre la sierra de Cazorla a lomos de un caballo hasta llegar a Hinojares. En medio del camino hacen una parada en un mirador, donde disfrutan de unas vistas impresionantes de todo el pueblo. También visitan unas salinas de interior que se encuentran en mitad de la montaña y que tienen el doble de sal que el agua del mar. Después de la ruta a caballo, José lleva a Gemma a uno de sus hoteles cueva, un sitio idóneo para desconectar y descansar en un entorno envidiable. El día está a punto de terminar y Gemma no puede marcharse de Hinojares sin conocer a Juliana, la vecina más mayor de todo el pueblo. Con 90 años, sus dotes como cocinera y su gracia innata demuestra que en lo sencillo está lo extraordinario.