Ruta por Extremadura

Fátima García-Mochales, reportera de España Directo, visita Extremadura. Durante su ruta ha conocido distintos parajes y pueblos con encanto que no pasarán desapercibidos para nadie por sus costumbres y tradiciones.

¿Conocéis algún pueblo donde a sus vecinos no se les conoce por sus nombres si no por sus motes? Ceclavín, cuenta con esta peculiaridad. Se trata de un pueblo extremeño de poco más de 1.500 habitantes que ha conservado esta tradición a lo largo de los años. De hecho, llegaron a tener una guía telefónica donde conocer los motes de los vecinos resultaba fundamental si querías encontrarlos, ya que sus nombres y apellidos ni siquiera constaban en ella. Con el paso del tiempo esta guía se extinguió, pero lugareños como Mari Carmen todavía conservan una muestra con los motes de todos los vecinos del pueblo.

Mari Carmen y su guía telefónica serán los encargados de guiar a Fátima en su visita por el municipio. La primera parada será el taller de Santiago, ‘el tatana’. El apodo proviene de su padre, quién se dedicaba a hacer coches de caballo con madera. Él también es carpintero, quinta generación, y todavía talla madera en su taller. Con él acaba el oficio pero no el mote.

A continuación, Fátima conoce a Andrés Amore, ‘el botellero’. Su mote también es una tradición que ha ido pasando de generación en generación, aunque afirma desconocer el origen de su apodo. A pesar de su mote, no se dedica a las bellotas sino al barro y a la cerámica. Otro oficio que sigue vivo en el pueblo gracias a él.

Fátima termina su primer día de ruta junto a Juan ‘pista’. Su familia tenía una pista de baile y aunque ya no existe, él es el auténtico hombre orquesta del pueblo. Es un amante de la música, los acordes y su guitarra es su mejor compañera de vida. Sólo necesita escuchar una canción para saber tocarla, sin necesidad de partitura.

La gracia, el arte y el humor no faltan en Cañaveral, protagonista del segundo día de ruta de Fátima. Sólo hay que pasear por sus calles para darse cuenta. La mayoría de ellas tienen nombres tan curiosos como ‘Calle del viento’ (donde corre más aire), ‘Salsipuedes’ (laberinto) o ‘La sartén’ (donde se cocinaban muchas migas).
Para conocer a fondo todas estas curiosidades nadie mejor que Braulio, el cartero del pueblo, para enseñárnoslas. Lleva más de 40 años repartiendo cartas por todo el municipio con la peculiaridad de la ausencia de buzones.

Faltan buzones, sí pero no limas. Se trata de la fruta típica de Cañaveral y es de los pocos sitios de Extremadura donde se pueden encontrar. Constancio tiene una finca repleta de limos y limoneros. Fátima le ayudará a recogerlos y, por supuesto no dejará pasar la oportunidad de probar esta fruta tan particular.
Otra de las paradas obligadas en Cañaveral es la carnicería de toda la vida del pueblo, donde Marcos hace el embutido con la misma receta que tenían 4 generaciones atrás. Allí conocemos también a Ambrosia, a quien pillamos con las manos en la masa preparando ‘la prueba’, en casa, que curiosamente está ubicada en la calle ‘Sartén’.

El tercer día de ruta, Fátima llega a Montehermoso, que cuenta con siete ermitas y una iglesia. Todas tienen un elemento común: sus campanas se elaboraron en la fábrica artesanal que hay en el pueblo. Este local lleva desde 1860 haciendo campanas de estilo gótico y románico siguiendo el proceso artesanal de toda la vida.

En la Torre de la iglesia, nos encontramos con el campanero más joven de España, ¡sólo tiene 13 años! Y lleva tiempo siendo el único campanero del pueblo. De mayor, afirma que le gustaría ser maestro campanero, como su padre y su tío, que son ya 5ª generación de fabricantes de campanas. Fátima llega en el momento en el que están en pleno rendimiento, con el proceso del fundido que es el más espectacular, ¡Pura magia!

Llamativas son las campanas que se fabrican en Montehermoso pero también las gorras de su traje típico. De la mano de María José, conoceremos el tocado más espectacular de toda España. Aún siguen elaborándolos de forma tradicional con paja, lana, botones de nácar y lentejuelas. Pero esta es sólo una parte del traje tradicional. Fátima podrá disfrutar del conjunto al completo a ritmo de botella y tamboril. Historia, tradición y folklore dan nombre a este municipio.

En el 4º día de ruta, la bienvenida a Coria nos la da su muralla romana que conduce a Fátima hasta sus calles medievales y su majestuoso castillo. Cuando llega a la puertas de la Catedral se encuentra con un grupo de baile, con sus trajes típicos e interpretando la jota de Coria. El folklore es uno de los tesoros más preciados de los que presume este pueblo. Y para tesoro, el que se esconce dentro de la catedral.

Pocos extremeños conocen que el mantel sobre el que se celebró la Última Cena de Jesucristo, podría ser el que guardan los vecinos de Coria en su catedral. Es un auténtico tesoro de museo. Óscar, a menudo, abre la catedral para que los visitantes puedan descubrir esta pieza de lino puro que mide 4,42 metros de largo y 92 centímetros de ancho. Blanca por un lado y con sencillos adornos en azul por el otro.

Otra joya del patrimonio de Coria es el Convento Madre de Dios, del siglo XIII. Aquí, las Monjas Franciscanas están a pleno rendimiento elaborando los mejores dulces con las recetas más antiguas. Hasta el momento, nadie había tenido acceso a este obrador donde se guardan celosamente las recetas desde años inmemorables, ¡Fátima ha sido la primera!

La ruta de Fátima termina en Torrecillas de la Tiesa, donde se dejará envolver por el verde intenso de sus campos. Allí conocerá uno de los grandes emblemas de la gastronomía extremeña: el cerdo ibérico. Antonio Ávila tiene sueltos más de 300 para la montanera que durará hasta el próximo febrero. El animal ya busca las primeras bellotas y Antonio ayuda a que caigan de la encina vareando. Fátima será testigo de cómo entre las encimas centenarias, los cerdos eligen la bellota dulce y no la amarga, no tienen ni un pelo de ‘tontos’.

Además, en Torrecillas se toman muy enserio la elaboración de sus embutidos. Crispín enseña a Fátima a elaborar el lomo ibérico de bellota y el proceso de secado de los jamones. Desde la sala de salado hasta los secaderos, donde los jamones pasan hasta dos años hasta su próxima venta y consumo.

Como se acerca la época navideña, de Torrecillas salen embutidos y jamones en forma de cestas listas para regalar.

Descubre un trocito de Extremadura acompañando a Fátima García Mochales en su ruta. A partir de esta semana en España Directo, programa con el que colabora El Torreón de Sol, sobre las 19:25 horas.